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Petra es por lejos el lugar turístico más popular de Jordania, sin embargo, no es el único que puede ofrecernos una verdadera puerta al pasado como antigua ciudad nabatea. Uno de los mejores secretos guardados de Jordania es la pequeña Petra pero ¿qué es este lugar?
Este rinconcito misterioso está ubicado a unos 8 o 9 kilómetros de Petra y está en el macizo montañoso de Siq. Muchos no conocen este lugar y eso se debe a que Petra opaca casi cualquier otro sitio turístico en el país.
La pequeña Petra como es conocido Siq al-Barid, es otra ciudad nabatea en ruinas muy parecida a Petra, pero mucho más pequeña, de ahí su nombre. Y es un lugar que no podemos dejar de ver cuando estemos en Jordania.
Esta ciudad puede verse como un complemento de la visita a Petra, además de estar muy cerca de esta, también cuenta con vistas impresionantes y es mucho más tranquila que la ciudad principal. Como ves Jordania puede impresionar incluso a los que la han visitado más de una vez, y ahora que este lugar no tan conocido llegó a nosotros no podemos dejarlo de lado.
Conozcamos un poco de su interesante historia.
Hay mucha especulación sobre qué es la pequeña Petra pero entre las teorías más acertadas parece que esta ciudad del siglo I a.C. haya sido una parada o suburbio de Petra. Por su posición geográfica esta era una especie de entrada y salida a las rutas comerciales.
Pero también se cree que era un sitio para llevar control de las caravanas, del acceso a estas a Petra y las posibles intenciones de algunos comerciantes. Es por eso que muchas de las instalaciones parecen tener espacios de control para el ingreso a la ciudad.
Se sabe que en este sitio llegaban y se establecían muchas caravanas de Negev, Gaza y Askalon. Asimismo las de la costa fenicia y Jerusalén también viajaban hasta aquí para intercambiar sus mercancías por otros bienes.
Pasarían uno 6 siglos para que la pequeña Petra quedara en el olvido al igual que su hermana mayor, pues es una ciudad abandonada. Sin embargo, esto permitió que quedara intacta hasta nuestros días.
Podemos observar cómo el tiempo solidificó el modo de vida de las personas que allí habitaron, te sentirás sin duda alguna entrando a un portal al pasado. Si llegas muy temprano en la mañana serás de los poco o quizás hasta el único en recorrer el lugar.
Pues al no ser muy conocido no son muchos los turistas que abundan aquí. Hay tiendas de vendedores que ofrecen agua, bebidas refrescantes y algunos recuerdos.
Escondida en una montaña esta antigua ciudad nos da la bienvenida a través de un pequeño siq (es decir, una grieta en una roca). Pues solo pasando esa grieta podemos entrar a la pequeña Petra.
Esta versión cica de Petra contiene varias edificaciones interesantes, que además podrás explorar de manera más profunda y a gusto. Las diferentes tumbas están bien conservadas y parecen más monumentos que otra cosa. Varias de ellas contienen estanterías donde colocaban a los muertos.
Cerca de la parte alta del acantilado hay un monumento bellísimo, que todavía hoy no se sabe cuál era su función. Sin embargo, por los rasgos que tiene se cree que es una especie de monasterio o palacio.
Muy próxima a la entrada principal hay un pequeño edifico que llama la atención, pues tienen asientos dentro. Este era un pequeño comedor o majili, sala de reuniones de Al Bheidha.
En la calle de los comedores podremos notar en más detalle las fachadas de las estructuras. Verás que algunas han desaparecido por los diferentes eventos climáticos, mientras otras muestran un corte limpio entre sus columnas.
Te sorprenderá saber esto, pero muchos de esos comedores tenían un lavabo afuera. Sí, y es que antes de comer los habitantes de aquí lavaban sus manos. Esto puede parecer trivial, sin embargo, demuestra que lavarse las manos antes de comer no es algo de la cultura actual.
Los sistemas de sumideros y cisternas permitían tener agua a la ciudad. Los primeros son pequeños y obtenían el agua de las cisternas. Las segundas están bajo la ciudad a unos 10 o 12 pies, y su sistema de agua subterránea era la que permitía a la ciudad tener el preciado líquido.
A lo largo de la Pequeña Petra encontramos varios beytel, estos son representaciones de dioses. También podrás observar varios bloques Dios, que son pequeños espacios donde colocaban a sus ídolos para ser venerados.
La pequeña Petra tiene muchos lugares inexplorados y misteriosos. Encontrarás muchas escaleras que te conducen a sitios altos para que puedas admirar la imagen general del lugar. De hecho, en la parte trasera de la ciudad hay unas escaleras que te permiten explorar un cañón, que al parecer servía de escondite para muchos.
Y si esto no ha convencido a tu espíritu aventurero a visitar esa ciudad, quizás las cuevas escondidas en ella sí. Más al sur de la ciudad hay algunas cuevas que sirvieron como asentamientos en la época neolítica, previa al uso de la alfarería. Cabe destacar que este hallazgo es uno de los más impresionantes en el sitio.
Cerca de él está la villa neolítica de Bayda, que supera con creces la civilización de los nabateos, pues esta tiene unos 6000 años de antigüedad. Aunque no la verás tan fácilmente, pues está camuflada entre las rocas, el color naranja de la arena y el sol.
En esta hay silos que demuestran la fabricación de malta y aceite, pues hay pruebas de que había aceitunas y alfalfa.
Si eres amante de la historia y de la arqueología seguramente no necesitas razones para convencerte de ir a este lugar, pero para los que no, aquí los motivos más importantes por los que no te puedes perder este viaje.
En primer lugar este sitio te permite conocer más a fondo la cultura nabatea y apreciar los alrededores de Petra para complementar la visión histórica y cultural de esta.
En segundo lugar, es un sitio muchísimo más tranquilo y menos concurrido que Petra. Aquí podrás pasar el tiempo imaginando cómo era la vida de los que allí vivieron y lo desconcertante y sorprendente que debió ser para los arqueólogos descubrir el lugar. Todo esto sin muchas personas a tu alrededor.
Y por último, la mejor razón para ir a la Pequeña Petra es sin duda toda la exploración que puedes realizar en sus misteriosas adyacencias. Recorrer el cañón de Al-Bared sin duda hará que aprecien la grandeza de la cultura nabatea.
De cómo lograron construir sus edificaciones dentro de las paredes del cañón y cómo esculpieron en la piedra sus columnas y fachadas. Algunas estructuras todavía conservan pinturas al fresco de flores que van hasta el techo. Te hará preguntarte cómo era la vida en este lugar.
Y si amas el senderismo, sin duda este será un sitio que disfrutarás mucho. A nosotros no nos quedan muchas más razones para visitar esta antigua y pequeña ciudad nabatea, pues lo tiene todo. Historia, cultura, arqueología, exploración, absolutamente todo lo que un lugar turístico histórico debe tener.
¿Qué te han parecido nuestras razones? ¿Te atreves a visitar y explorar la Pequeña Petra? Recuerda que este puede ser un punto complementario de tu viaje a Petra.
Esta ciudad nabatea está entre el Valle del Rift y el Mar Muerto, específicamente en la zona acantilada del desierto. A sus alrededores están los yacimientos arqueológicos neolíticos de Beidha y un pequeño asentamiento urbano conocido como Wadi Musa.
Desde Petra está al norte a uno 8 o 9 kilómetros de distancia. Muchos de los vendedores que verás allí, pertenecen a Wadi Musa, pues vienen a ganarse la vida vendiendo bebidas refrescantes y algunas de sus artesanías locales.
Puedes llegar en carro propio o pagar un taxi hasta el lugar. Incluso hay guías turísticos que ofrecen el servicio de exploración de la ciudad. Sin embargo, si eres de los más aventureros podrás también irte a pie al sitio, pero ten en cuenta el calor y el sol.
¿Qué te ha parecido la Pequeña Petra, ya habías oído hablar de ella? Seguramente no, pero lo que sí podemos asegurar es que a nosotros nos han entrado unas ganas de conocerla y ¿a ti?